lunes, 9 de noviembre de 2009

Murphy era un perro




El perro de mi amigo C. se llama Murphy.

-¿Por la Ley de Murphy?
-No, por el actor.

Pero eso yo no lo sabía cuando le até la tostada al lomito :(

¿Sabéis que el actor se llama Eddie, de Edward y el ingeniero aeroespacial que desarrolló la ley, también se llamaba así? Interesante eh. Pues no, interesante no, casualidad.

Porque las casualidades son así, tontas y poco interesantes. A veces las llaman destino. ¿Cuántas personas existen en el mundo que:
- odien las pelis de Woody Allen
- se enfaden cuando tengan frío y/o estén enfermas
- su color preferido sea el verde hierba
- dibujen o escriban sólo cuando no pueden respirar en condiciones (lloran, se resfrían o únicamente porque les falte el aire)
- les guste hacer el amor en la ducha…..?

Muchísimas! Y si se encuentran dos, ¿es destino? ¿casualidad?


Si se encuentran dos, fijo se lo montan en la ducha y luego se ríen juntos de lo raros que son.

Pero nada de magia… Aquellos que creen en la magia sólo buscan una excusa para ser reales.

El perro de mi amigo C. se llama Murphy y me lame las piernas.

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