lunes, 15 de febrero de 2010

Por qué lo llaman amor cuando quieren decir..


Viernes noche. Un frío…

Acaba la jornada y vuelvo a casa en coche. Me he saltado dos semáforos y he leído un mensaje al volante. Creo que mi móvil ha muerto, suena raro.

Llegó al sofá pensando en desvestirme, qué pereza, dónde estarán mis zapatillas. Leo las cartas que he recogido del buzón mientras me desabrocho el abrigo y me pongo cómodo. Ninguna factura, hoy es mi día de suerte. Respiro tres veces y voy al dormitorio. No hice la cama, qué diría mi madre, las diez y las sábanas revueltas. Qué más da, pienso,
me tumbo en la cama.

Hoy es viernes…y mañana un sábado más.

Ojala fuese lunes.

Hace una semana que te fuiste y ni un minuto he pensado en llamarte. Miento. Tu olor en la cama me hace recordar... Cuando te besé ibas disfrazada de Princesa Leia. Tan sexy, cómo olvidarlo. Cinco minutos, diez chupitos y dos calles después, mis sábanas te atrapaban. Qué quieres de mí, preguntabas mientras te dejabas besar los hombros. Yo pensé lamer el cielo y sólo me caí del colchón. Tú dormiste desnuda y yo soñaba con los ojos muy abiertos. Tan perfecta, tan irreal.

Me hice el dormido mientras huías sin vestirte del todo. Ey…no te vayas, pensé. Sólo pensé. La puerta se abrió, se volvió a cerrar y yo sigo aquí.

Lo llamaste sexo, yo lo llamo amor.







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