domingo, 18 de julio de 2010

La primera vez


No es la buena. Ni la definitiva. Es un churro.

Ayer decidí, puesto que me iba de viaje, limpiar mi coche. Negro con lunares, muy trianero, recorría las rotondas hasta el túnel de lavado.

Era su primera vez.

Antes ya había utilizado las mangueras manuales de los centros de lavado para darle un agüita pero pensé que alguna vez tendría que probar a limpiarlo más a fondo.

- Lavado normal, por favor.
- Son 4, 70.

El señor empleado me da el visto bueno para que avance. Meto la rueda izquierda en el rail que mueve el coche. Restriega la esponja por el parabrisas trasero. Me muevo despacito. Empiezo a relajarme cuando…

- Jope! ¿Esto se ha roto?

Se acerca el señor sonriendo.

- Olvidé poner el programa. Lo siento, llega al final y vuelve a meterlo de nuevo.
- … (entre pena y risa)

Apago el coche y me río. Sí, mejor me río. Si lo miro por el lado bueno, pude tocar los rulos que limpian. Son tiras de bayeta muy duras y de colores. Los del coche que venía detrás estaban ojipláticos. A ellos sí les funcionó.

10 minutos después… Semáforo rojo. Verde... Salgo por fin.

Vuelvo a entrar. Limpio va a quedar!

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